viernes, 4 de marzo de 2011

¿Confesiones de un impostor? (i)

Se creía que era un gran hombre, un gran tipo, una persona distinta a los demás. Simplemente excepcional. ¿Cuánto hemos estado engañados? ¿Qué nos ha segado? En los círculos íntimos se voceaba y se pronunciaba su nombre con gran esperanza y tino. Se le pronosticaba un gran futuro. ¿Qué paso?
Solo una mente de un espíritu inimaginablemente justo y político podía comprender, los designios de la naturaleza humana. O simplemente, solo es un hombre, ¡maldición es uno más! Los hombres no son indispensables. Se dice, para cada hombre, existe otro hombre mejor que él. ¿Será cierto?
Mi, tu naturaleza, es la naturaleza humana. Imperfecta, perfecta. Somos pecadores, lleno de errores y acciones grandiosas.
Esto es la historia.
Se siente el ámbito de la existencia, es particular y único; lo hemos llamado familia, es la línea sanguínea; existe un sentimiento racionalmente comprensible, te dan abrigo, comida, protección; te dan el toque humano, que nos acompañaran toda la vida. Creces sin preocupaciones, sin oler relativamente el mundo que nos toca vivir. Nos enseñan a sobrevivir.
Mi mundo es diferente, un buen lugar para crecer y aprender; es un lugar mágico, lleno de historias, gente simple, pero buena. Todos nos conocemos. Actuamos con sinceridad. Se siente el Sol, la Luna, la lluvia, el viento, el amanecer, el atardecer, el agua, muchas cosas extrañas. Se aprecia lo hermoso que puede ser la naturaleza. Millones de años de sabiduría. En fin, un lugar del mundo, para existir.
Corres, pescas, escalas, juegas, muchas travesuras o simplemente disfrutas de lo maravilloso que te rodea. En ese momento no somos conscientes de lo trágico que significa tener, más años de vida. Solo existe el miedo a la oscuridad; no a la noche. Se experimente el trato con otras personas, tener amigos, querer a personas. Amar irracionalmente a seres que jamás olvidaremos. Esa naturaleza humana nos hace frágil, nos hace reconocer nuestra debilidad individual.
Los primeros años deciden como serás en la vida, el carácter, aptitud luchadora, aptitud creativa, capacidad de amar, etc. La sociedad determina si tiene espacio para lograr tus propósitos, también determina si pones en práctica lo que has aprendido en el medio familiar y social.
Se nace con libertad, se muere en esclavitud; las imperfecciones humanas de los adultos, nos hacen seres despreciables, frente a los demás animales. Todo eso se descubre mientras se vive y se forja el carácter. Muchas veces reproducimos actitudes aprendidas de los “mayores”. Nadie escapa a buscar un modelo o estereotipos de hombre para sobrevivir en la sociedad.
Mientras se crece se descubre lo gris que puede ser la vida. Pero esperanzador a medida que se conoce a otros seres con sueños y capacidad para sonreír. También se descubre a hombres que trabajan duro para que cada dia no sea un día complicado.
De niño solo se actúa, solo se vive a lo máximo, no se mide ningún tipo de consecuencias, no se mide la energía del dia. Pensamos que todos son felices, como nosotros. Se siente tanto amor; hasta pensar que siempre será así. Esa etapa es la suma de muchas energías entre nuestros pares. No existe muchas lagrimas, excepto de las caídas o golpes de disciplina.
Hasta que se descubre, cambios físicos y hormonales. Hasta sentimientos por el sexo opuesto…